lunes, 21 de enero de 2008

Calendario Romano

Calendario romano

En Roma, en tiempos de Rómulo el año constaba de diez meses, 4 de 31 días y 6 de 30, en total 304 días. El año comenzaba el día 1 de marzo. Los meses eran: martius, aprilis, maius, junius, quintilis, sextilis, september, october, november y december. Los 4 primeros meses están dedicados a Marte, Apolo, Júpiter y Juno. Los demás se denominan según el ordinal correspondiente.
Este calendario romano era demasiado corto por lo que se usó sólo hasta que Numa Pompilo añadió los meses de januarius (dedicado a Jano) al comienzo del año y februarius (dedicado a Plutón dios del infierno) al final del año. Además redujo el número de días de los meses para sumar un total de 355 días con lo que adaptaba al calendario lunar.
Los meses quedarían así: januarius (29 días), februarius (28), martius (31), aprilis (29), maius (31), junius (29), quintilis (31), sextilis (29), september (29), october (31), november (29) y december (29).

No existen meses con un número de días par porque se consideraban de mal agüero, excepto febrero, y por esa misma razón el año tiene 355 días, en lugar de los 354 de ciclo lunar.

Como este año era demasiado corto cada 2 años se añadía un mes de 22 ó 23 días. Este mes se intercalaba entre el 23 y el 24 de febrero y los cuatro días que quedaban de febrero se consideraban incluidos en mercedinus. Sin embargo este cómputo era demasiado largo y daba un total de 366 días y cuarto. Para evitar este desfase en el año 450 a.C. se acordó que cada 8 años se intercalarían 3 veces el mercedinus: la octoetérida. La octoetérida se fundamenta en los cálculos que realizó Cleostrato de Tenedos en el año 500 a.C. La intercalación y el cómputo de los años estaba en manos de los sacerdotes quienes obraban según sus intereses. Las reglas de cálculo del calendario fueron secretas hasta que Cneo Flavio las robó en el 304 a.C. El sistema era demasiado complicado y arbitrario, incluso para sus contemporáneos. En tiempos de Julio César había un desfase de 3 meses entre el año civil y el astronómico, por lo que se hacía imprescindible una reforma.